Autofinanciamiento de la Empresa
¿Qué es el Autofinanciamiento?
Por medio de la autofinanciación, es decir, la retención de las utilidades, una empresa puede contar con fondos generados internamente.
Al cierre del ejercicio comercial, los estados contables arrojan una utilidad la cual se fue generando a lo largo de todo el ejercicio económico. Hasta ese momento, todas las utilidades obtenidas por la empresa, al ser mantenidas en la misma, producen recursos financieros que junto con las partidas que no implican erogaciones de fondos, (por ejemplo previsiones y amortizaciones), aumentarán el conjunto de recursos financieros originados en el proceso de financiación interna y/o retención de utilidades.
La autofinanciación en los Estados Contables
En el balance anual figuran distintas cuentas que representan el conjunto de bienes, derechos y obligaciones de una empresa.
La autofinanciación puede contemplarse como un importe en un momento dado (en términos de stock), o puede contemplarse como flujo (aspecto dinámico) que corresponde a un determinado período de tiempo, y por lo tanto habrá que comparar dos balances, uno al comienzo y otro al final del período analizado, de donde surgirá el incremento o disminución de la autofinanciación.
Existen dos formas de autofinanciación:
- La autofinanciación por enriquecimiento está volcada en el balance en las cuentas de reservas (reserva legal, voluntaria, estatutaria, remanente de ejercicios anteriores, etc.).
- la autofinanciación por mantenimiento que se halla recogida en el balance en las cuentas relativas a amortizaciones, previsiones y provisiones.
Obviamente, muchas veces la autofinanciación no se determina en forma exacta a partir del balance, debido a que pueden existir bienes sub o sobrevaluados, o porque se constituyen reservas tácitas.
La autofinanciación, ya sea por enriquecimiento o por mantenimiento, es considerada una fuente financiera de carácter permanente (es decir, de largo plazo). Por ello, antes de computar el monto total de la autofinanciación que surge de sumar las diferentes cuentas del balance representativas de la misma, hay que excluir del cómputo aquellos fondos de amortización, previsión, y provisión que tienen que ser aplicados a la finalidad para la que fueron creados en el corto plazo, ya que en este caso, estos fondos deben incluirse a efectos del análisis financiero en el pasivo exigible a corto plazo y no en el capital permanente, dado que se aplicarán al objeto por el que fueron creados.
La función financiera de las amortizaciones
Desde el momento en que comienza a producirse la depreciación de los bienes de uso hasta su reposición, suele transcurrir un período de tiempo que puede ser corto o largo según la vida útil estimada del activo fijo bajo análisis. Las cuotas de amortización, que muchas veces suelen alcanzar montos considerables, (cabe aclarar que dichas amortizaciones estan incluídas en el estado de resultados y forman parte del costo del producto que comercializa la empresa, obviamente cuando la empresa fija el precio del producto que vende al mercado aplica un % de utilidad esperada que ingresará al activo de la compañía en Caja o Cuentas por cobrar y se irán volcando al ciclo operativo de la misma) no necesariamente deben guardarse para renovar los bienes amortizables, sino se pueden ir reinvirtiendo en la empresa casi en forma espontánea a medida que se van generando. Sin embargo, cuando llegue la hora de renovar los bienes amortizables, la empresa debe disponer de recursos líquidos que pueden provenir de cualquier otra alternativa financiera que la dirección haya elegido convenientemente (emisión de acciones, emisión de obligaciones, retención de beneficios, etc.).
Para ordenar lo antedicho, se puede constituir reservas financieras que mapeen las amortizaciones contables, de modo de mantener la liquidez y así aplicarla a la renovación de los bienes de uso (siempre cuidado de no perder el poder de compra del dinero invertido). Algo similar a la política de flujo de fondos y regulaciones de las Cías de Seguros.
En cualquier caso, la función financiera de las amortizaciones siempre estará vinculada a la política de la empresa, y por supuesto a la situación del mercado en general.
No hay que dejar de mencionar que una empresa que se halle en expansión se encuentra necesitada de fondos y por lo tanto las amortizaciones constituyen una fuente de financiación de una gran importancia, cuyos recursos se van reinvirtiendo a medida que se van generando, y por lo tanto no hay dudas de que la firma aumenta su rentabilidad con las mismas.
Conclusiones:
Ventajas de la autofinanciación
Cuando la dirección de la empresa decide retener beneficios disfruta de una mayor autonomía debido a que en primer lugar prescindirá de trámites engorrosos para la solicitud de créditos, sobre todo los de largo plazo y además ahorrará costos provenientes de los intereses del capital de terceros. Por lo tanto, no existirán nuevos accionistas o acreedores que exijan participar en la gestión de la empresa.
Si bien la retención de utilidades no tiene costo explícito, la empresa incurrirá en un costo de oportunidad, ya que deberá obtener invirtiendo los fondos dentro de la misma un rendimiento al menos igual al que se hubiera obtenido colocando dichos fondos fuera de ella.
Para las PYMES es prácticamente la única forma de obtener recursos financieros a largo plazo
Inconvenientes de la autofinanciación
La autofinanciación excesiva, por la cual se acumulan montos considerables, no permite en definitiva que los accionistas participen de los beneficios de la sociedad, ya que, si bien el sacrificio presente debe ser compensado con mayores beneficios en el futuro, también es cierto que muchos accionistas querrán que se distribuyan parte de las utilidades para sus satisfacciones particulares.
La clave radica en el equilibrio entre el autofinanciamiento y la distribución de utilidades, atendiendo a las necesidades de crecimiento de la compañía, como así también el desarrollo patrimonial de los accionistas de la empresa.