Crecimiento Sostenible
¿Qué es el Crecimiento Sostenible?
Desde sus inicios, una empresa debe establecer sus objetivos de crecimiento y rentabilidad como así también, los niveles óptimos de las variables que intervienen, para lograr una ganancia máxima y sostenible en el tiempo. Para que esto sea viable se deberá establecer una estructura financiera compatible a los objetivos establecidos. Gestionar el crecimiento implica el equilibrio y mapeo de los objetivos de ventas con la eficiencia operativa y los recursos financieros con los que cuenta la compañía.
Tanto la evolución del crecimiento, como la forma en que este se da, son importante para la salud financiera de las empresas, ya que, crecer a grandes velocidades, lo que implica rápidas expansiones en el nivel de ventas, pueden provocar presiones excesivas en la estructura de capital y financiamiento. Mientras mayor sea la tasa de crecimiento, mayor será el requerimiento de fondos (dado por el capital de trabajo dependiente), particularmente si el crecimiento es exponencial y la empresa se encuentra con un alto nivel de apalancamiento operativo (Costo Fijo / Costo Total). El resultado de altos niveles de endeudamiento financiero podría terminar situando a la empresa en situación de zozobra financiera, dejándola con un menor número de empleados, proveedores y clientes, como consecuencia de la amenaza de quiebra y liquidación de la compañía.
La clave está en determinar la tasa de crecimiento de las ventas que sea congruente con la realidad de la empresa y el mercado financiero. El modelo de crecimiento sostenible ayuda a mantener una estructura de capital compatible con el nivel de ventas objetivo.
La tasa de crecimiento sostenible es la tasa máxima de crecimiento en las ventas (tasa anual – futuro inmediato) que una empresa puede lograr sin exponerse a una excesiva presión en su estructura financiera. Este volumen de ventas tiene que ser concordante con los objetivos operativos, la política de endeudamiento y de pago de dividendos a los accionistas.
El modelo de crecimiento sostenible
Se puede derivar la tasa de crecimiento sostenible de la ecuación de necesidades financieras con 4 supuestos implícitos:
- Se mantiene constante el capital propio (los accionistas no efectúan nuevos aportes).
- Pago de dividendos constante.
- Estructura financiera constante
- Rendimiento del capital constante (los cargos por depreciación son suficientes para mantener el valor del activo operativo).
La utilidad del modelo radica en permitir analizar como una empresa determina su estructura de capital sin que los accionistas realicen aportes de capital; esto es, deducir si puede sostener su salud financiera sin tener que recurrir al aporte de los accionistas, como así también, sin tener que modificar el pago de dividendos, el margen de ganancia o la ratio Deuda/Capital Propio (esto implica tomar deuda en la misma proporción que se incrementó el patrimonio neto por la reinversión de utilidades).
En estas condiciones, la compañía no podrá crecer más rápido de lo que crezca la participación de los propietarios (nuevamente, vía reinversión).
La tasa de crecimiento sostenible se calcula de la siguiente manera:
Dada la fórmula de crecimiento sostenible, la tasa máxima de crecimiento de la empresa es igual a su rendimiento del capital propio (ROE= Rdo. Neto / PN), lo cual se lograría si la tasa de distribución de Dividendos es cero, o dicho de otra forma, cuando la totalidad de las utilidades generadas se reinvierten en la compañía. Si una PyME intenta crecer a una tasa mayor que el ROE, o bien tendrá que obtener aportes de los propietarios, o incrementar su deuda financiera.
Ejemplo práctico:
La empresa Granaria SA, tiene las siguientes políticas y ratios establecidos:
Endeudamiento (PASIVO / PN)= 1
Razón de Pago de Dividendos= 0.40
ROE= 20%
g (Crecimiento Sostenible)= ROE * (1 – Razón de Pago de Dividendos)
g= 20% * (1- 0.40)
g= 12% (es la tasa anual de crecimiento de Ventas para mantener el equilibrio financiero).
Conclusiones:
Muchos titulares de empresas, mientras construyen una compañía exitosa, también intentan crear un crecimiento más allá de su propia experiencia y capacidad de financiamiento. Como resultado, deben enfrentar la escasez de los flujos de fondos y el aumento creciente de los gastos que exceden los ingresos (tanto operativos como financieros), por lo que la compañía comienza su hemorragia financiera. Crecer por el solo hecho de crecer es peligroso y probablemente genera una pérdida de capital, y posicionando a la empresa en una situación de dificultad financiera. Una pobre administración de los activos (ROA precario) combinada con una política agresiva de dividendos (que en general ocurre en muchas PyMES de nuestro país), y un incremento de la tasa de crecimiento mientras las utilidades declinan causan problemas graves en los flujos de fondos, pudiendo llevar a la empresa a la quiebra.
Entre las alternativas que tiene una empresa para balancear sus objetivos de crecimiento y su tasa de crecimiento sostenible esta la emisión de nuevas cuotas o acciones, la reducción del pago de dividendos (1-d), el incremento del endeudamiento a tasas razonables y el mejoramiento de la performance operativa, o lo que es lo mismo, el incremento del Retorno sobre los activos de operación – ROA.